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Más Allá de la Duración y la Proyección: El Verdadero Arte del Perfume

Foto del escritor: Edison CastilloEdison Castillo


En un mundo donde la inmediatez y la magnitud parecen dictar el valor de las cosas, los perfumes no han escapado a esta tendencia. En las conversaciones entre los que disfrutamos de este arte, ya sea clientes de "Le nez de toto " o amigos, dos palabras suelen robar el protagonismo: duración y proyección. Estas cualidades, si bien importantes, han sido injustamente elevadas como los únicos criterios que definen la calidad de un perfume. Pero, ¿es realmente así? ¿Acaso la belleza de un perfume puede encapsularse solo en su fuerza y persistencia?

Un perfume es mucho más que una "bestia" que domina la habitación con su presencia. Es un susurro de arte que dialoga con nuestra piel, una poesía invisible que se despliega lentamente para contar historias que solo nosotros podemos escuchar. Reducir una fragancia a su capacidad de durar y proyectar es como juzgar un libro por su grosor o una obra de arte por su tamaño. Se ignora lo esencial: su alma.



El Perfume Como Disfrute Personal

Un perfume no necesita conquistar un espacio para ser valioso. No tiene que dejar una estela kilométrica para ser memorable. A veces, los momentos más íntimos y significativos son aquellos que compartimos con nosotros mismos. ¿No es maravilloso percibir un acorde inesperado a mitad del día, como un recordatorio de que llevas contigo algo especial?

Es en ese instante donde el perfume cobra su verdadero significado: una expresión de identidad, un acto de cuidado personal, un lujo cotidiano que acompaña sin exigir protagonismo. Hay fragancias creadas para ser descubiertas en silencio, para que sean como un secreto susurrado que no necesita ser gritado, personalmente eso es lo que me encanta de BYREDO, que es una marca intima.


La Magia de la Sutileza

Algunos perfumes tienen una proyección más contenida y una duración delicada porque así están pensados. No todos los acordes olfativos están destinados a llenar una sala; algunos fueron diseñados para envolver a quien los lleva en un abrazo íntimo. Estas fragancias son como las notas de un piano en una habitación vacía: suaves, pero absolutamente conmovedoras.

El disfrute de un perfume no siempre reside en ser admirado por otros, sino en los momentos que crea para uno mismo. Puede ser la tranquilidad del pan a las 5 de la mañana de la panadería de tu barrio, el olor del café en una noche fría, o la frescura de los cítricos que te despiertan por la mañana. Es una experiencia personal que no necesita explicaciones ni validaciones.


Una Invitación a Redefinir el Valor

A todos los que buscan en un perfume solo la duración y la proyección, les invito a detenerse un momento. Cierren los ojos y escuchen lo que el perfume tiene que decirles. No todos los perfumes son "bestias", pero todos tienen algo que contar. A veces, las fragancias más sutiles son las que dejan las huellas más profundas.

Cuando elijamos un perfume, no preguntemos solo “¿Cuánto dura?” o “¿Cuánto proyecta?”. Preguntémonos: “¿Cómo me hace sentir?”. Porque al final, un perfume no es solo una declaración de fuerza. Es un arte que existe para tocarnos el alma, para transformar momentos comunes en algo extraordinario.

Y eso, queridos amantes de los aromas , es algo que ninguna medida de duración o proyección podrá capturar.

 
 
 

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